Tuesday, April 06, 2010

RAUL CARABANTES: EL ESTILISTA VALDIVIANO por Andrés Figueroa Gómez.




















Este artículo quiere recordar al estilista de peso welter, Raúl Carabantes, peleador nacido en Valdivia, Chile.

Pugilísticamente hablando sus principales características eran el recto de izquierda y la rapidez de piernas. Según se consigna por los cronistas fue campeón chileno, sudamericano y considerado en su momento como el mejor welter latinoamericano por la revista “The Ring”.

LOS INICIOS

Raúl Carabantes se inició en el boxeo casi por necesidad. En su adolescencia trabajaba como jockey en el Hipódromo de Valdivia y le iba bastante bien. Sin embargo, fue creciendo y su físico no le permitió seguir como jinete. Entonces pensó que el boxeo podía ser su salvación.

Como amateur apareció en el Campeonato Nacional de Aficionados de Chile de 1932, titulándose campeón de la categoría pluma.

Como rentado escaló rápidamente a nivel nacional, en una época donde brillaban Fernandito, Osvaldo Sánchez y Domingo Osorio. Las vigas maestras de su carrera fueron su recto de izquierda y su agilidad de piernas. Físicamente siempre se cuidó y se preparó meticulosamente. No fue un gran pegador, sin embargo anotó varios KOs en su carrera.

CON BABY LA PAZ EN LIMA

Peleó con el cubano Baby La Paz en Lima, Perú. De esa pelea recuerda “solo lo conocí en el ring y, de verlo, me dio miedo”, era el cubano un boxeador alto y con un físico impresionante. Carabantes se sobrepuso al temor y lo venció en un combate en que su principal arma fue la utilización del recto de izquierda.

CONTRA FERNANDITO

Peleó tres veces con el extraordinario Fernandito, considerado por muchos como el mejor pugilista chileno de la historia.

En la primera de aquellas peleas Carabantes comenzó el combate de manera brillante, estaba luciendo su buena técnica y su buena preparación, pero eso duró poco. En el segundo round Fernandito lo cortó con un terrible hook izquierdo al hígado. De ahí en adelante se dedicó a pasear obteniendo una victoria fácil.

En la revancha Fernandito subestimó a Carabantes, quien sorprendió a todos los aficionados con su exhibición. El resultado fue un empate.

La tercera pelea ocurrió al final de sus carreras y fue un triunfo nuevamente para Fernandito.

Señala Mr. Huifa que esa primera derrota con Fernadito fue decisiva para Carabantes. En ese momento Raúl Carabantes se encontraba en lo más alto de su capacidad boxística. Nunca fue mejor que esa noche y la derrota rompió un resorte interior en su ánimo. Después de esa noche Carabantes detuvo sus progresos. Con la zurda y las piernas le bastaba para ganar ¿y para que quería más? A Fernandito no podría ganarlo jamás, así que no valía la pena preocuparse demasiado.

SIMON GUERRA Y GIRA AL NORTE DEL CONTINENTE.

Con el chileno Simón Guerra también realizó combates memorables, en los que ganó y empató, que convocaron a miles de aficionados.

Peleó en Perú, en Panamá, en Cuba y en Estados Unidos. En La Habana debutó venciendo a Bobby Britton, para luego perder dos veces con el ídolo cubano Joe Legon.

En julio de 1941 debutó en los Estados Unidos perdiendo por puntos con Steve Belloise. Ganó por KO a Patsy Pascualli y se presentó en el Madison Square Garden ante Hollman Williams. Perdió por puntos el valdiviano, quien pese al durísimo castigo se mantuvo en pie hasta el final.

Posteriormente fue a Pittsburg donde venció a George Silvassy, Joe Bocarino, Ossie Harris y Otto Blackwell.

Fue entonces que sostuvo un combate con Fritzie Zivic, ex campeón mundial, en Pittsburg. Esa noche estuvo en su rincón Routier Parra, chileno naturalizado estadounidense que peleó dos veces el titulo mosca.

De aquel combate Carabantes recordaba “Y Zivic era canchero y conocía todos las mañas del boxeo. Me tenía loco con sus trucos hasta que Routier Parra me envaselinó el dedo grande y me dijo: “Pégate a él y le metes el dedo en el ojo, vas a ver”. Pero ni así pude ganarlo…”

Su manager recibió una proposición para que peleara con Sugar Ray Robinson, y lo llevó a Filadelfia para que viera al colosal mediano.

-Robinson es lo más grande que he visto en toda mi vida. Estaba por allá lejos del adversario y de repente lo veía yo pegándole con las dos manos. Con una velocidad increíble, con una técnica y una pegada tremenda. Mi manager me preguntaba y yo sin entender le contestaba yes,yes,yes. El creyó que estaba de acuerdo en pelear con Sugar Ray y arregló la pelea.

Nuestro Valdiviano apenas supo que todo estaba listo se largó a Panamá. La razón de aquel incumplimiento contractual parece entendible desde un punto de vista factico: “Si Robinson me agarra todavía me estaría pegando…”.

En Panamá le ganó a René Sánchez, a Young Shadow y a Kid Azteca, ídolo mexicano.

Nos dice don Renato González que en algún momento de su estadía en Estados Unidos, la revista The Ring lo catalogó como el mejor púgil de peso welter de Latinoamérica.

REGRESO

En su regreso a Chile venció a la figura local de esos años, el iquiqueño Humberto Buccione. Con su movilidad de piernas, con su izquierda dejó siempre “pagando” al bravo Iquiqueño, adjudicándose todos los rounds. De acuerdo a lo relatado por don Renato González “Mr. Huifa” el triunfo de Carabantes fue “sin despeinarse”. Estuvo activo hasta 1949.

CAMPEON SUDAMERICANO

Señala don Renato González en su libro “ El Boxeo en Chile” que obtuvo el título sudamericano de peso welter en 1937, venciendo en Santiago al argentino Manuel Martínez. Le dio la revancha en Buenos Aires y volvió a vencer. Agrega “su estilo, tan en desacuerdo con lo que por allá (Buenos Aires) se creía que era la condición saliente de los chilenos no gustó y debió regresar.”

Según boxrec.com Carabantes peleó con Carlos Martínez en fechas indeterminadas de 1937 y 1936 y no se menciona si tuvo lugar la disputa del título sudamericano welter. Se señala que en Santiago ganó y en Buenos Aires empató.

Claramente tenemos una discordancia, deberemos rastrear en diarios y registros de la época, para obtener claridad al respecto. La ausencia de prensa deportiva especializada entre 1931 y 1942 dificulta mucho más la labor desde el lado chileno.

VIVIO CON ALEGRIA LA AVENTURA DEL BOXEO

Era un pugilista alegre, optimista, confiado y bonachón. Sencillo y cordial, hombre de una gran responsabilidad profesional, se cuidó y entrenó como todos los pugilistas debieran hacerlo. Una frase lo retrata: “Dicen que los boxeadores se ponen tontos con los golpes y yo no creo eso porque antes de boxear yo era mucho más tonto que ahora. Figúrese que cuando llegué a Santiago no pisaba la línea de los carros porque creía que me iba a dar la electricidad.” Sin lugar a dudas vivió con alegría la aventura del boxeo.


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